Tezozomoc o el usurpador de Luis Mario
Moncada, es lo que se considera, en las propias palabras del autor, una paráfrasis
a La vida y muerte del rey Juan de
William Shakespeare, y es que la trama es la misma solo que ambientada en un
escenario prehispánico. Es interesante la relación con la obra histórica y el
argumento del rey Juan, del cual se pueden rescatar: la mala conciencia del rey
usurpador, la desesperación e indignación de la viuda por el rechazo del
legitimo heredero, el encierro y la sentencia a muerte de este, así como la
piedad que tiene el verdugo a través de los diálogos emotivos.
La obra trata la lucha del
poder, el deseo de tenerlo debido a la seducción del mando. Muestra las
alianzas, las pérdidas y las injusticias que causa la guerra de la usurpación.
El tema del poder es eterno, como constante en la literatura hace de esta obra
un referente contemporáneo de la política, no solo la mexicana. Por su parte,
la intertextualidad de la obra de Moncada con textos clásicos no hace más que
enfatizar su carga simbólica, a través de la reinterpretación y la parodia se
logra una crítica contundente.
Creo que en este caso el peso de
la obra no recae en los diálogos, la reinterpretación del referente clásico se
centra más en las actuaciones, tanto en el movimiento como en la emotividad a
la hora de emitir los diálogos, es lo que podríamos llamar según Barbara
Dancyngier una corporización. Esto en la obra de Moncada es evidente en cuanto
al manejo del cetro de mando, el cual es manipulado de diferentes maneras, ya
que este es compartido por Chalco y Tecpatl, o en ocasiones dejado caer. El
mismo Tezozomoc demuestra su usurpación en el poder con él, o anuncia su caída
al cojear y usarlo como bastón.
A lo largo de la obra se marcan otros
ejemplos de esto, es muy evidente cuando los personajes toman distancia entre
ellos, hay tropiezos, se interponen en movimientos coordinados, ya que en varias
ocasiones se cortan el camino como una manera de enfrentarse, hay un juego muy
físico entre Maxtla y Netzahualcóyotl, también se enfatiza el beso de Chalco y
Tecpatl, Matlalcihuatzin se sienta en el suelo para evidenciar su aversión a
los acuerdos.
Todo esto se suma al uso de
planos y diversas entradas o salidas. Hay varios momentos en que casi se golpean
y finalmente hay una pelea con cuchillo, además de un forcejeo entre
Netzahualcóyotl y la joven que mata, cuando Maxtla abate a Otompan arrastra el
cadáver con placer a través del escenario.
El movimiento corporal es
enfatizado por la gesticulación de los personajes, estos intercambian miradas
profundas, se encaran y, sobre todo, evidencian silencios largos para demostrar
que están a la expectativa o con recelo. Pensando en la puesta en escena, los
diálogos serán también resaltados a través de las preguntas retóricas, que una
y otra vez remarcan las cuestiones importantes de los personajes. Dentro de las
acotaciones se indica que los versos que recita Netzahualcóyotl, para evitar su
sacrificio, serán en náhuatl, es de suponer que la intención es destacar la
musicalidad y lo emotivo de la poesía.
Dentro de la misma
corporización, hay dos momentos en los que es de suma importancia el dominio
que tenga el actor de la representación emotiva: el primer momento es cuando
Matlalcihuatzin vaga enloquecida; el segundo, es cuando Tezozomoc ve los
espectros. En ambos casos se puede encontrar lo que Dancyngier llama anclajes
narrativos, estos anclajes serán el cabello y el cetro de mando, y darán
referencias acerca del estado de los personajes y futuros desenlaces.
Otro anclaje narrativo dentro de
la obra podría ser el cuchillo, ya de por sí la escena del sacrificio es
sumamente histriónica, esto debido a lo ceremonioso del acto y a la toma de
mezcal, pero es importante que cuando Netzahualcóyotl logra persuadir a
Techotlala, este le da el cuchillo con el que más adelante Netzahualcóyotl
matará a la joven y causará que piensen que él ha muerto, y de esta manera se
desconfíe de Tezozomoc y se acuse de asesino.
Finalmente, hay un
acontecimiento que sucede tras bastidores, es importante para la historia, pero
muy complicado para esa materialidad en el escenario, así que se apoya de
sonidos y luces: “Salen todos.
Elipsis de tiempo que da pie al ruido fragoroso de los tambores y los gritos de
guerra, así como a la lucha cuerpo a cuerpo que libran los ejércitos de ambos
bandos. Después de una intensa batalla, cae la noche. Un mensajero tlaxcalteca
se dirige a la entrada de la ciudad. Un caracol lo anuncia.” De alguna manera
se verbaliza la guerra y complemente la materialidad física.
Con el poder como tema central, y la "carga simbólica" como técnica de composición y escénica, Moncada nos da muestras de su oficio como dramaturgo. Excelente aplicación y explicación de la teoría propuesta por Dancygier.
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