Los enemigos de Sergio Magaña, es una tragedia-ballet
publicada en 1984, e inspirada en una versión libre del Rabinal Achí. La obra
expone los conflictos entre el varón de Rabinal y el varón de Queche, estos
ocasionados cuando Queche comete el robo de tributos, además de relacionarse
sentimentalmente con la virgen prometida de Rabinal. El texto dramático es
interesante, hay momentos emotivos en los que se resalta el heroísmo y la
valentía de los personajes, sin embargo, esto no siempre es así y la ambigüedad
los hace, en momentos estratégicos, chocantes.
Aunque
Rabinal y Queche están enfrentados son muy similares, al parecer Magaña trata
de mostrarlos como personajes heroicos y que tienen el mismo peso de valor,
quizá esto para que sea aún más dramático, porque cada uno tiene razón en la
justificación de sus acciones, lo que hace la diferencia es la posición de
ventaja o desventaja en la que está cada uno en ese momento. Esto no implica
que su humanidad no les juegue malas pasadas, el orgullo y los celos en
ocasiones los hacen perder completamente la objetividad, volviéndolos hombres
llenos de dudas y miedos.
Por
el contrario, la imagen femenina si muestra un contraste, los personajes de
Yamanic Mun y Pilmama están en lugares completamente opuestos. Yamanic está
inconforme con su papel, ella desea ser valorada de diferente manera y está en
contra de las guerras y los juegos del poder, desea un cambio y hasta cierto
punto es causante de los celos y las inseguridades de Rabinal. Pilmama está
resignada en su papel de servir, de perder a los hijos en la guerra y entiende
los juegos del poder. En este sentido me parece atinado que Magaña le dé más
protagonismo a los personajes femeninos y altere un poco la versión del Rabinal
Achí.
Por
otra parte, es muy grato poder leer el texto y hacer la comparación con la
puesta en escena de Lorena Maza, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro. Me
viene a la mente lo dicho por Anne Ubersfeld en Semiótica Teatral, la práctica textual está muy ligada a la
representación, ya que en este caso si es necesaria esa imaginación esencial
(director) para completar la ficción propuesta. El plano escénico completa el
texto de Magaña, y aunque desgraciadamente no se puede visualizar por completo
la obra, permite ver un poco de la representación y los elementos que se han
completado por parte del director.
Emilio
Carballido nos habla sobre la puesta en escena propuesta por la Compañía, para
lo que llaman “la escena moderna”, cabe aclarar que no corresponde
completamente al texto de Magaña, así que vemos un discurso diferente, que a
ojos de Carballido es un error. Es atractivo ver, lo que Fernando del Toro
llama, la manifestación material de la escritura, o al menos la manifestación
propuesta por el director. Hay cosas valiosas, algunas códigos, como la
vestimenta propuesta de tipo indígena-español, el uso de las luces y sus claros
oscuros, los cambios de escenario a la vista, etcétera.
Por
otro lado a mi parecer las actuaciones no logran convencer, el drama no es
potencializado, me parece que falta más danza y música, por ejemplo en escenas
importantes como la danza-lucha antes del sacrificio. También me desagradaron
los elementos de catolicismo y las interrupciones a la acción, que también
menciona Carballido. La animalización de los bailarines es importante y
resalta, pero no logra manifestarse de forma magistral. Una de las cosas bien
logradas es la de los funcionarios, corruptos, volubles y sin valores que realmente
pueden ser muy molestos.
En
resumen la obra de Magaña me gustó, salvo quizá por el terrible episodio de la
visión de Pilmama sobre la conquista. Finalmente, el texto dramático deja
muchas posibilidades abiertas para lograr que la interpretación sea original,
un buen texto de la puesta en escena completaría el trabajo de reciprocidad
entre texto y contextualización. Por otra parte el texto espectacular, en este
caso el de Maza, no logra una comunicación evidente con el espectador, se
resaltan cosas innecesarias que no existían en el texto de Magaña, como la
participación de Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, y se destaca poco la
ritualidad del sacrificio, cosa que podría ser algo realmente impresionante.
Los enemigos. De Sergio Magaña. Parte 1 de 6:
Excelente comentario!!! Reúne, sintetiza y aporta. Lo interesante de esa clase fue tener una sobrada cantidad de fuentes: el texto teórico de De Toro, el intertexto literario original (el Rabinal Achí), el texto dramático de Magaña, el texto espectacular de Lorena Maza y el comentario a la puesta en escena hecho por Carballido.
ResponderEliminarEso es muy cierto, porque permite abordar la obra desde varios puntos, también ejemplificar o poner a práctica la teoría.
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