Tengo
que comenzar diciendo que Hígado, es
un choque a todos los sentidos. Que me reí, me sorprendí y en momentos tuve muchísimo
asco. También me inquieté, pero a la distancia creo que no me fue porque la
obra me pareciera aburrida o completamente extraña, creo que esa sensación simplemente
era parte del efecto que se quiso transmitir al público. Esta obra es una
puesta en escena de la compañía venezolana el Incinerador Teatro, creada en
2006. Que se caracteriza por una dramaturgia sumamente corporal, mucha
experimentación y que busca lo estético. No sé qué tan estética haya sido para
los demás, pero en cuanto a lo experimental y corporal, no hay duda.
Es escena hay dos actores, uno que es
Odiseo y otro Homero, todo el tiempo se está haciendo referencia a regresar a Ítaca,
es como un mantra. Esa idea de Ítaca, es un largo camino en el que el tiempo ya
no es algo medible y por el que todos vamos a viajar. La obra está formada por
una especie de cuadros en la que los personajes hablan monólogos larguísimos
acompañados de escenas extrañas. En la
reseña se menciona la lucha entre la razón y el sueño, y es que podría decirse
que en momentos creí que era completamente surrealista, ahora pienso que es una
obra completamente posmoderna, referenciando a Linda Hutcheon.
La sala de una casa es ese lugar por
el que viajan los personajes, ahí comienzan haciendo el cuadro de honor a las
personalidades más bizarras y asquerosas. Se hace uso de multimedia para
proyectar a Bill Gates, Martha Stewart, Steve Jobs, entre otros. Estos son los
claros ejemplos del consumismo y la dependencia a lo material y efímero. En sí,
para mi Hígado, es la crítica que se hace a nuestra sociedad contemporánea,
tragamos sin digerir porque nuestro hígado está dañado, dañado o inexistente.
Ya no procesamos nada como sociedad y mucho menos como individuos, tenemos toda
una existencia sin filtrar.
El hilo conductor es la crítica y la
multimedia, hay varias escenas que me parecieron muy interesantes. La primera
es cuando los personajes comen de manera grotesca papitas y chicharrones, toman
agua y comienza a vomitar y a embarrarse ese vomito entre ellos. Se trata, a mi
perspectiva, de una idea muy real de lo que hacemos en el mundo, no puede dejar
de pensar que nuestra generación ha comido mierda desde que nació.
La segunda, que me pareció también desconcertante
es el desnudo completo de uno de los personajes, no lo esperaba, este va
acompañado de un discurso de quién sabe qué, porque efectivamente, como después
lo explican, está uno más inmerso en la extrañeza del desnudo que en lo que
realmente se critica en ese discurso. Evidencia lo morbosidad que aqueja a la
sociedad actual. Aparte del desnudo se echa pintura y comienza a pintar con el
cuerpo un lienzo, la crítica es ahora directa a la comercialización del arte.
No contentos con eso se comienza a
subastar la pintura, se vendió en algo así como $500 pesos, las cervezas se
vendieron en $20, las palomitas que se le tiraron al publico eran gratis, es
decir, la interacción con el público fue total ya que al finalizar la obra,
tanto el director como los actores, pudieron ser cuestionados por el público.
Finalmente, Hígado es una formación
de audiencia, lo dijeron ellos y lo creo ahora, te meten en el teatro y te
permiten ser parte de esa lucha de la representación.
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