viernes, 22 de noviembre de 2013

Justicia negada de Perla de la Rosa






Tengo que admitir que no quería ir a ver Justicia negada, que lo dudé incluso estando a punto de entrar. La temática no era mucho de mi agrado, sobre todo porque creo que todos hemos vivido muchos años con la sombra funesta de las “muertas de Juárez”. Es un tema sensible, doloroso y que esta vez no garantizaba carcajadas. Ya estaba ahí, entré. No me arrepiento, la obra me gustó muchísimo. 
            Justicia negada, está escrita y dirigida por Perla de la Rosa. Trata sobre las madres de tres jóvenes que aparecieron muertas en los campos algodoneros, quienes emprendieron una batalla legal contra las autoridades mexicanas, debido a los feminicidios, en el 2009 ganaron en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

            Los hechos son narrados de dos formas: la realista, en la que Josefina González, Irma Monreal y Benita Monárrez, cuentan desde su perspectiva como madres su peregrinar por obtener justicia. Todos los sucesos desde que sus hijas desaparecieron, su enfrentamiento con la policía, las vejaciones que sufrieron a la par de sufrir el duelo de la pérdida. Siempre está presente la idea de encontrar a las hijas donde quiera que estén. Las escenas tienen fuerza por los diálogos y la emotividad de la representación. 



             A la par de esto, se narra la historia mítica, la de la batalla de los mil días, en la que las mujeres lucharon contra un dios maligno que se apoderó de sus hijas a través de los hombres águila y los hombres rata, secuestradores de doncellas. Elona, la hija de la diosa de la verdad, también ha sido secuestrada y solo la fuerza y el valor de las mujeres romperá este mal. Esto es narrado entre juegos y charlas por un niño, quién perdió a su familia, también como referente de los sucesos violentos en Ciudad Juarez.


            Del texto espectacular lo que más sobresalió fueron los juegos de luces, la constante penumbra y las sombras de un lado a otro por las velas. La arena alrededor como símbolo del desierto y la aridez de la justicia. La desolación impregna el espejo y las mecedoras, el escenario es una casa vacía llena de luto y dolor. Hay una escena en la que las madres apilan cajas y cajas, es la representación de la burocracia, de los expedientes que nunca se cierran porque nunca nadie los trabaja, el hastío de las leyes.


            Al final la obra cierra con el fallo a favor, pero es un logro demasiado agridulce, ya que se proyectan las disposiciones que nunca se han llevado a cabo, seguimos en las mismas. Elona es liberada, pero no podrá regresar a esta realidad, esta ya no es la suya. La obra termina y entiendo porque la insistencia de continuar con el tema, la necesidad de no cerrar los ojos a una realidad que seguimos viviendo en todo el país.  




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