Vicente
Leñero escribe La noche de Hernán Cortés
como una producción historiográfica, no solo nos pone al final una bibliografía,
sino que pone al texto histórico como un complejo símbolo fragmentado de la
visión del pasado. El pasado es la materia prima con la que dramatiza y
cuestiona un presente mexicano. Hayden White se plantea las formas posibles de
la representación histórica y sus bases, es este sentido, la obra de Leñero nos
hace pensar en el teatro como esa representación histórica, y a la historiografía
como una base productora de ficción.
Cortés es el centro, es la figura
que se pone en perspectiva y se analiza en tres momentos de su vida: juventud,
madurez y senectud. Los demás personajes giran alrededor de él, son personajes
secundarios que transitan como fantasmas por la vida de este. Ni Malinche ni
Catalina están completamente dibujadas, porque es la memoria de Cortés la que
las proyecta, la que les da vida y les permite formar parte de su historia.
El secretario escribe las memorias,
registra la historia. Pero el secretario también se confunde, también pierde
datos y carga con un montón de libros que son la autoridad. El también transita
de un lado a otro con Cortés. Es así como elimina, subordina y da énfasis a
algunos acontecimientos. Como menciona White, ante el hecho fragmentario e
incompleto usa la “imaginación constructiva”. Lo hace el secretario, lo hace
Leñero y lo hace el mismo Cortés con su vida, no sólo olvida, también
selecciona que olvidar.
White menciona que los relatos
históricos no están terminados o completos, por ello es quizá que vemos una
historia diferente, Leñero da cuenta en su texto dramático de lo posible. Los
cambios de escenario, las escenas simultáneas, las acotaciones de tipo
narrativas, nos hace pensar en un texto espectacular complejo y que
efectivamente dio mucho de qué hablar, como mencionan algunas crónicas de la
época.
La obra de Leñero al igual que la
narrativa histórica no refleja, sino que recuerda, por ello se encuentra
constantemente el velo del olvido, de la suposición. También por esto es que
vemos un enano que corre de un lado al otro, jocoso, enterándose de todo pero
sin realmente ser un testigo fidedigno. Los recuerdos no están terminados o
completos, por eso Malinche mata a Cortés, porque Leñero desea completar una
historia más que con la similitud de hechos, con la complejidad de los
símbolos.
Efectivamente en este caso, las
secuencias históricas están tramadas de diferente manera. Leñero interpreta el
mito sobre Cortés y le da un nuevo significado, de esta manera, dentro de la
producción de ficción, aporta un conocimiento literario que no por ser ficción
le quita valor, y a decir de White, hace el mismo trabajo del historiador.
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